
Estamos muy orgullosos de poder decir que Grupo Emar instala los equipos de recogida y aspiración de aceite usado en los nuevos talleres Rolls-Royce en L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, agradecemos la confianza que han depositado en nosotros y estamos muy contentos con el resultado obtenido.
El próximo lunes, Ondo, concesionario Mercedes-Benz y Bi-Ondo Motor, concesionario Mitsubishi Motors, actualmente situados en Gamarra, abren un nuevo concesionario en el número 26 del Alto de Armentia, una zona comercial a la entrada de Gasteiz donde están situados los establecimientos de una parte de las marcas de automoción implantadas en la capital alavesa.
Desde los inicios de su fundador en el negocio del automóvil en 1960, en un taller en la calle Reyes Católicos, al concesionario actual en Gamarra, se han hecho varias ampliaciones y se han visto afectados por el crecimiento y mejora de las carreteras alavesas. Ahora el concesionario se divide en dos bases, aprovechando lo mejor de cada localización.
Según indicaron ayer fuentes de la dirección de la empresa, en Gamarra se mantiene el taller de camiones, en el enlace entre las carreteras A-1 y N-240, con una localización privilegiada para el transporte de mercancías y fácil acceso a las instalaciones. Por su parte, el taller de furgonetas y de Mitsubishi también quedará en Gamarra, así como las carrocerías, con los servicios de chapa y pintura, que son de uso puntual para el cliente. Allí se mantendrá una carga de trabajo que ronda los 10.000 vehículos atendidos al año. Por su parte, el servicio de venta de recambios por mostrador se ofrecerá en ambas instalaciones, tanto a profesionales como a particulares.
Según los datos facilitados por la compañía, a Armentia, en la ubicación donde antaño estaba la firma Comercial Alberdi, se trasladan los departamentos comerciales de Mercedes y Smart, tanto turismos como vehículos comerciales y las ventas de Mitsubishi Motors, así como la administración general, en una zona de unos 4.000 metros cuadrados. También se abre un nuevo taller de turismos y todoterrenos de 2.600 metros. Allí se implantará el modelo de recepción activa, con una zona diseñada para estudiar cada vehículo con el asesor de servicio con la tecnología Mercedes-Benz.
Actualmente en Gamarra se atienden 20 vehículos al día en el taller de turismos de la marca alemana. A partir de ya, la ubicación de las nuevas instalaciones dentro del casco urbano facilitará a los clientes el desplazamiento al taller o para adquirir un recambio. Por ello se espera que el incremento de “pasos de taller” aumente sensiblemente en esta ubicación.
La entrada a los talleres y servicio de recambios será por la calle Iruña Veleia, en el lateral de la manzana. Las instalaciones del Alto de Armentia, situadas en una parcela de 16.000 metros cuadrados, han sufrido una profunda remodelación durante los últimos siete meses, buscando la máxima eficiencia energética y el respeto al medioambiente (ISO 9001 y 14001). Con ello, Vitoria va a ser uno de los concesionarios pioneros en la implantación de la nueva imagen corporativa diseñada por Daimler AG para la red de concesionarios a nivel europeo, dando un paso más en la digitalización de los procesos de información y venta. El complejo contará, además, con los últimos equipos en diagnosis y reparaciones, alineadores 3D o línea pre-ITV, entre otros
RECARGA ELÉCTRICA Se ha tenido en cuenta también las exigencias que el rápido desarrollo del vehículo eléctrico va a plantear en poco tiempo, instalando varios puntos de recarga rápida, y dejando capacidades en reserva, fácilmente convertibles a medida que se necesiten. La plantilla de trabajadores, cerca de ochenta personas, se repartirá casi a partes iguales entre las dos bases según la localización del departamento donde desempeñen su tarea.
Seguro que has tenido esta discusión con los amigos más de una vez. ¿Qué contamina más, un motor diésel o un motor de gasolina? Y también estoy convencido de que la discusión se habrá prolongado durante mucho rato, porque hay muchos datos que avalan tanto una tesis como la otra. Desde siempre, hemos oído que el motor diésel contamina más que el de gasolina, aunque su consumo menor ha sido el garante de unas ventas que no han dejado de crecer… hasta hace muy poco. Y es que el diésel ha entrado en la lista negra de muchas ciudades e incluso países, que ven con preocupación como el aire de las ciudades se ha convertido en irrespirable a causa de la presencia de gases contaminantes. Y todo señala a los diésel. Incluso Volvo ha lanzado el S60, su primer modelo sin motorización diésel.
Hace poco repasamos el funcionamiento del motor diésel y surgía la cuestión. Incluso un amigo nos hizo llegar sus dudas acerca de una afirmación que se hacía en el artículo: el gasóil del que se alimenta el motor diésel emite más residuos perjudiciales, pero los modernos filtros, e incluso el mismo motor, evita que la mayoría de esos elementos perjudiciales lleguen a la atmósfera. En cambio, el motor de gasolina emite màs dióxido de carbono, un gas relacionado con el efecto invernadero y que puede causar una contaminación prolongada una vez en la atmósfera.
&Básicamente, podemos decir que ambos motores contaminan a niveles similares, pero lo hacen con residuos diferentes. Mientras que el principal problema de los coches de gasolina es el CO2, en el caso de los diésel se trata de dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión. Estos elementos no solo son perjudiciales para el medio ambiente en general, sino que afectan directamente a los pulmones. Se trata de elementos que entran en el organismo y se quedan en los pulmones, afectando directamente al sistema respiratorio y por ello el diésel es más nocivo. Es algo difícil de eliminar del organismo una vez inhalado y puede llegar a provocar serios problemas de salud.
Los diésel, en el punto de mira de las autoridades
Ese es el problema que ha causado que en muchas ciudades se haya comenzado a hablar de prohibir la circulación de los diésel. Pero seamos justos. En la mayoría de casos se trata de restringir la circulación de coches con motor diésel anteriores al año 2006 en episodios de alta contaminación. A partir de ese año, con la puesta en vigor de la normativa Euro 4, la tecnología diésel comenzó a mejorar y las emisiones se han ido reduciendo de manera progresiva. La normativa Euro 4 comenzó a aplicarse el 1 de enero de 2006, así que esta es la fecha a partir de la que los coches con motor diésel comenzaron a tomarse en serio la reducción de emisiones. Actualmente, con la normativa Euro 6 las emisiones son muy inferiores a las de esa época y todavía se está trabajando para hacer que sean todavía más bajas.
La respuesta correcta a la pregunta inicial podría ser: ambos motores contaminan, pero la contaminación de los motores diésel es mucho más perjudicial para el ser humano (y los animales, por supuesto) de forma directa. Actualmente, en igualdad de condiciones es siempre peor un motor diésel que uno de gasolina. El causante de esto es el combustible utilizado. El gasóleo es un combustible más pesado y menos refinado que la gasolina. El ciclo de combustión también es importante en este aspecto, ya que la mezcla de combustión es más pobre y deja más elementos sin quemar, que pasan al escape y de ahí, al aire que respiramos.
Cómo ya hemos comentado, los filtros y los sistemas que equipan los coches diésel modernos reducen el impacto del NOx y las partículas en suspensión que pueden afectarnos. Aunque los motores diésel sigan siendo muy contaminantes, la tecnología para eliminar esos gases nocivos antes de que lleguen a la atmósfera asegura el futuro de este tipo de motores, aunque su fabricación, instalación y mantenimiento cueste bastante más. Queda el CO2, que ambos motores lanzan a la atmósfera y que puede representar un problema a largo plazo, aunque los datos acerca de la evolución del agujero de la capa de ozono sean bastante positivos, al haberse contraído bastante los últimos años.
Las cada vez más estrictas normas de emisiones han obligado a los fabricantes a buscar soluciones para que sus coches sigan en circulación. En el caso de los diésel más potentes, el truco para superar las pruebas europeas se llama AdBlue.
Sin entrar en detalles excesivamente técnicos, podemos resumir diciendo que el AdBlue es el nombre comercial de una solución acuosa de urea en un porcentaje de aproximadamente el 32,5%.
Sí, como estás pensando, la urea es un compuesto químico presente en la orina y aunque no es tóxico sí es corrosivo. Significa esto que se puede manipular, pero con cuidado de que no toque la carrocería; por esta misma razón es aconsejable limpiar la zona del depósito después de incorporarlo al combustible.
El AdBlue es un aditivo que se utiliza en algunos casos para ayudar a los motores diésel a cumplir la estricta norma europea de contaminación Euro6.
La normativa Euro6 entró en vigor se puso en funcionamiento el 1 de noviembre de 2015 con el objetivo de hacer que todos los vehículos nuevos que se venden en suelo europeo reduzcan las emisiones de elementos contaminantes y partículas en suspensión, es decir, que sean más limpios.
Con respecto a la Euro5, la nueva normativa europea contra la contaminación reduce las emisiones de óxido de nitrógeno de las motorizaciones diésel, que es el más perjudicial para la salud de las personas, de 180 mg/km a 80 mg/km, mientras que las partículas en suspensión mantienen el mismo límite. En los propulsores de gasolina, por su parte, no cambia el límite de 60 mg/km de NOX ni tampoco el de partículas en suspensión, fijado en 5 mg/km.
Para lograr cumplir con la legislación, los fabricantes han mejorado los sistemas de tratamientos de gases de escape, con un convertidor catalítico de NOX en los modelos más ligeros y con un catalizador con inyección de urea, también conocido como AdBlue, en los más pesados.
Los motores diésel generan menos cantidad de CO2 y de productos contaminantes, pero emiten mucho más NOx y benzopirenos que los gasolina.
Los benzopirenos están en la ceniza que genera la combustión del gasóleo. Son partículas que se adhieren a los tejidos del sistema respiratorio de ahí su peligrosidad. Para reducir su impacto, es obligatorio que los coches lleven un filtro antipartículas; un tamiz que se coloca en el tubo de escape y atrapa las partículas impidiendo que salgan fuera de la mecánica.
El óxido de nitrógeno (NOx) es altamente contaminante y perjudicial para la salud; es, por eso, el culpable de que los vehículos diésel estén tan mal vistos en las ciudades.
Como no se puede eliminar físicamente, para paliar su acción es necesaria una reacción química que lo transforme en partículas inofensivas. En los motores diésel esta reacción se consigue con un catalizador como el lugar en que tiene lugar el proceso y un compuesto químico, el AdBlue, que reaccionar con los NOx y los convierte en gases inocuos, concretamente en nitrógeno y en vapor.
Por cada garrafa de 20 litros de AdBlue tendrás que pagar unos 40 euros. De entrada puede parecer caro, pero teniendo en cuenta que con esa cantidad podrás recorrer hasta 20.000 kms, no lo es tanto.
Aunque cada fabricante lo hace a su modo, lo habitual es que se encienda un testigo cuando quedan unos 2.000 kms de autonomía con el aditivo. Es importante tenerlo en cuenta porque si te quedas sin AdBlue en mitad de un viaje el coche seguirá funcionando sin problema, pero una vez lo pares no te dejará volver a arrancar hasta que lo hayas repuesto y se haya reseteado la unidad electrónica.
Técnicamente, para rellenar el tanque de AdBlue basta con abrir el tapón del depósito de urea y rellenarlo.
El problema si quieres hacerlo tú mismo es que para volver a circular sin problemas es necesario resetear el contador electrónico y para ello necesitas un máquina de diagnosis.